En octubre, la CONCAMIN llevó a cabo el Día de los Industriales bajo el lema “México industrial frente a un mundo en cambio”, con el objetivo de celebrar la visión, el esfuerzo y el compromiso de quienes, todos los días, convierten la actividad industrial en desarrollo nacional.
Alejandro Malagón Barragán, presidente de CONCAMIN, señaló que los industriales somos el motor que impulsa la innovación, quienes sostienen las finanzas públicas y que, en momentos de incertidumbre, ofrecen estabilidad. Afirmó que “el futuro no se hereda, se construye con trabajo duro”.
Durante la jornada, Graciela Báez Ricárdez, directora general de Política Educativa, Mejores Prácticas y Cooperación de la SEP, impartió la conferencia “Modelo educativo actual en México”, en la que se refirió a la transformación de la educación media superior, enfocada en la ampliación de la infraestructura con la creación de nuevos bachilleratos tecnológicos, el marco curricular común, los lineamientos de educación dual y la actualización curricular, para hacer más atractiva la oferta educativa y brindar mayores oportunidades en el mercado laboral.
También tuvo lugar el panel “El derecho al agua y la restauración de los ríos Lerma- Santiago, Tula y Atoyac”, en el que participaron Paola Félix Díaz, coordinadora general del Acuerdo Nacional por el Derecho al Agua y Cooperación Internacional de la CONAGUA, y Claudia Gómez Godoy, comisionada para la Restauración y Saneamiento del río Lerma-Santiago.
En su intervención, Paola Félix mencionó que se busca crear el Registro Nacional de Agua para el Bienestar (RENAB), así como la elaboración de un plan maestro de inversión en infraestructura en todo el país. Asimismo, destacó el Plan Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, cuyo eje incluye diez líneas prioritarias, entre ellas impulsar la innovación tecnológica para el tratamiento, reuso y potabilización del agua.
Por su parte, Claudia Gómez expuso el resumen de los trabajos realizados en lo que va de este año para la restauración de los ríos, así como la vinculación con el Acuerdo Nacional y Cooperación Internacional, y la articulación social, que ha consistido en la organización de mesas de trabajo con colectivos, comunidades y académicos en Jalisco y Estado de México, además de recorridos con comunidades y autoridades municipales, estatales y federales en las entidades por donde pasa la Cuenca Lerma-Santiago.
En la conferencia “Hecho en México”, Andrea Genoveva Solano Rendón, titular de la Unidad de Normatividad, Competitividad y Competencia de la Secretaría de Economía, puntualizó que este distintivo garantiza la calidad, el orgullo nacional y la competitividad internacional, al invitar a las empresas a registrar sus productos de manera gratuita.
Resaltó también la importancia de la colaboración entre el sector público y el privado, aunada a la intervención de los gobiernos estatales, para el desarrollo de iniciativas conjuntas con cámaras de comercio.
En otra de las ponencia, Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, habló sobre “Aranceles y revisión del T-MEC”, en la que abordó las medidas que se han implementado para fortalecer la posición de México en el comercio regional, y cómo nuestro país mantiene una ventaja relativa. Agregó que la aplicación de aranceles a países sin tratados comerciales busca impulsar la industria nacional y consideró que el T-MEC se mantendrá trilateral, porque Norteamérica es la región más integrada del mundo.
Para cerrar el encuentro, el periodista David Páramo presentó el tema “Perspectivas económicas para México y el mundo”, en la que hizo un análisis del panorama actual y de los retos que enfrenta el país.
Defender el acero y el aluminio es defender a México
Por Waldo Fernández González
Presidente de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del T-MEC en el Senado de la República
Entre los sectores económicos más importantes de México, está el acero y el aluminio. Ambos son productos estratégicos para la economía nacional, que se posiciona como uno de los principales exportadores a Estados Unidos, su principal socio comercial, y con una generación de riqueza significativa.
Regiones completas de nuestro país giran en torno a la extracción, transformación y uso de estos dos productos. Detrás de ellos, hay miles de trabajadoras y trabajadores mexicanos que todos los días sostienen con sus manos una parte sustancial de la economía y al mismo tiempo, mantienen la estabilidad de sus familias.
Por eso, hoy más que nunca, debemos defenderlos con convicción.
Eso fue lo que determinamos en el Comité Promotor de Inversión y en la formalización de las mesas de trabajo rumbo a la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Dichos eventos, impulsados por la Secretaría de Economía, buscan escuchar las voces de los sectores productivos, académicos, empresariales y laborales para que México llegue a la mesa de revisión con una posición sólida, consensuada y, sobre todo, con conocimiento de causa.
Es un ejercicio inédito de diálogo territorial y pluralidad económica en la historia de los tratados comerciales mexicanos.
Durante las conversaciones con las y los representantes de la industria acerera y del aluminio —entre quienes estuvieron miembros de la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), intercambiamos puntos de vista sobre el presente y futuro del sector.
Entre aquello que compartimos, destaco dos sentimientos: orgullo e incertidumbre.
Orgullo por lo que han logrado —porque México es hoy un actor clave en la producción y exportación de acero y aluminio a nivel mundial— y preocupación ante la posibilidad de que, en el marco de la revisión del T-MEC, se impongan medidas proteccionistas o restricciones comerciales injustificadas que afecten directamente la industria y su fuerza laboral.
En el Senado de la República tenemos claro que la integración económica entre las tres naciones de América del Norte es una realidad consolidada, pero también que dicha integración atraviesa por momentos de incertidumbre.
México ha demostrado que puede competir con calidad, innovación y productividad, y que lo hace de manera justa, sin recurrir a ventajas desleales frente a sus socios comerciales.
Por ello, no puede permitirse ningún intento unilateral de limitar exportaciones mexicanas o de castigar los procesos productivos nacionales. Más aún, sabemos que debemos proteger a este sector y a todos quienes lo conforman.
Defender el acero y el aluminio mexicano no significa cerrar las puertas al comercio internacional, sino asegurar condiciones de igualdad y justicia comercial.
Por eso, desde mi responsabilidad como presidente de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del T-MEC en el Senado, he reiterado que la prioridad es cuidar los intereses de México y garantizar que la justicia y el bienestar de nuestra gente estén presentes en cada cláusula, en cada anexo y que cada medida comercial, esté alineada con un principio fundamental.
México ha avanzado de manera notable en sus estándares de producción, en el cumplimiento de normas ambientales y en la defensa de los derechos laborales. En ese sentido, la CONCAMIN ha sido un factor clave para ello.
En los próximos meses, el Senado acompañará este proceso de la mano con las y los industriales. Escucharemos a todos los sectores, tal como lo hace la industria, analizaremos los posibles escenarios y construiremos, junto con la Secretaría de Economía, una posición que defienda lo que somos y proyecte lo que queremos ser: un país competitivo, justo y soberano.
Defender el acero y el aluminio es defender a México. Ese será, sin duda, uno de los pilares que guiarán la revisión del T-MEC.
La ruta del desarrollo económico del autotransporte de pasajeros
Por Virginia Olalde López-Gavito
Directora ejecutiva de CANAPAT
El autotransporte de pasajeros es mucho más que un medio de movilidad; es una infraestructura estratégica que sostiene la productividad económica de México. A diario transporta a millones de personas que integran la fuerza laboral, el comercio y los servicios; tan solo en 2024 fueron 3,824 millones las personas transportadas, quienes representan un eslabón indispensable en la operación de plantas industriales, centros logísticos, instituciones educativas y cadenas de valor que mantienen al país en movimiento.
Según datos del INEGI, este sector contribuye con cerca del 2.0 % del PIB y genera empleos directos e indirectos en toda la cadena productiva. Más allá de su dimensión económica, su valor radica en la función social de acercar talento a los centros de desarrollo y conectar regiones que dependen de la movilidad cotidiana para su subsistencia. Su capacidad de recuperación se evidenció en la reactivación económica posterior a la crisis vivida entre 2020 y 2022, ejemplo de cómo la colaboración entre diversas industrias ha sido clave para retomar el crecimiento e incluso superar las cifras antes de la pandemia, como se observa en la gráfica.
Por supuesto, el desarrollo económico no puede desvincularse de la infraestructura vial. Carreteras en buen estado, seguras y bien conectadas reducen costos logísticos, mejoran la puntualidad laboral y aumentan la productividad. México cuenta con una red carretera de 916 mil 078 kilómetros, que enlaza zonas urbanas, rurales e industriales.
Hoy en día existen 477 parques industriales en México, donde se localizan más de 4,000 empresas instaladas; muchos de ellos se ubican fuera de zonas urbanas, lo que refuerza la necesidad de sistemas eficientes y seguros de transporte que garanticen el acceso ordenado y confiable de su personal a estos centros productivos.
Es una realidad: la fuerza laboral de México se traslada principalmente por autobús. El autotransporte federal de pasajeros moviliza 95 % del total nacional de usuarios, lo que lo convierte en un componente esencial para el funcionamiento de cualquier cadena de valor al transportar el capital humano que genera las bases del ecosistema económico del país.
Es innegable que el autotransporte de pasajeros en México enfrenta desafíos importantes, pero estos deben entenderse como oportunidades de mejora continua. Temas como la modernización tecnológica, la seguridad vial, la formalización de más transportistas y la eficiencia operativa y energética, no significan obstáculos insalvables, sino ejes donde la participación del sector industrial puede marcar la diferencia.
Iniciativas como la renovación vehicular —cuya edad promedio ronda los 20 años —, el financiamiento verde, los corredores seguros y la integración de pequeñas empresas a modelos de negocio colaborativos fortalecen el papel del autotransporte como eje de desarrollo y movilidad. En un contexto de nearshoring y relocalización de inversiones, asegurar el traslado eficiente de trabajadores es tan estratégico como mover mercancías.
El autotransporte de pasajeros es, en esencia, una ruta hacia el desarrollo económico: mueve millones de personas, une regiones, dinamiza economías locales y genera empleos en toda la cadena de valor. Reconocerlo como infraestructura estratégica permitirá construir una movilidad más eficiente, segura y capaz de responder a los retos del entorno global.
Hablar del autotransporte de pasajeros por carretera en México es referirse a un sector fundamental, no solo por su arraigo en la vida social, política y económica, sino por su papel como motor del desarrollo nacional. Además, tiene la bondad de que cada desafío es una invitación a la colaboración. Y es en esa articulación entre industria, gobierno y operadores donde se construirá el futuro de una movilidad más integrada y sostenible.
El autotransporte de pasajeros conecta personas, pero también enlaza historias, oportunidades y progreso para México.
La nueva infraestructura industrial de México se llama inteligencia de habilidades
Por Carlos Sánchez
Socio director de Techshare
“Los niveles más altos de desempeño los alcanzan las personas centradas, intuitivas, creativas y reflexivas. Las personas que saben ver un problema como una oportunidad.” —Deepak Chopra
México está viviendo un momento de oro. El nearshoring atrae inversiones, abre plantas y genera optimismo industrial. Sin embargo, hay un desafío que aún no tiene suficiente foco: ¿tenemos el talento necesario para sostener y consolidar esta oportunidad histórica? El país necesita pasar de construir parques industriales a construir ecosistemas de talento. Esa es la verdadera frontera de la competitividad.
1. Nearshoring en consolidación: del capex al capital humano
El nearshoring llenó naves y parques; ahora toca llenar de capacidades a las personas que hacen posible su operación. El reto ya no es atraer fábricas; es formar talento capaz de operarlas, adaptarlas y reinventarlas conforme evolucione la demanda, especialmente en manufactura avanzada, automotriz, aeroespacial, dispositivos médicos y energías limpias. La nueva ecuación competitiva combina productividad, seguridad operativa, sostenibilidad y, sobre todo, aprendizaje continuo.
“La mayor ventaja competitiva de cualquier organización es su capacidad para aprender más rápido que sus competidores.” —Peter Drucker
México ya tiene la tríada clásica: espacio, ubicación y flujo de inversión. Lo que definirá la próxima década es el motor humano que impulse la ventaja geográfica en ventaja cognitiva. Eso implica medir y gestionar habilidades como un verdadero activo: detectar qué sabemos hoy, qué deberíamos saber mañana y cómo cerramos esa brecha al menor costo y en el menor tiempo posible.
2. Canadá como brújula: del empleo al ecosistema de habilidades
Canadá entendió que el crecimiento sostenible no depende de atraer empresas sueltas, sino de articular ecosistemas de talento conectados por datos. Con Tech Nation Canada como articulador, gobierno, industria y academia convergen en una meta: anticipar y desarrollar las habilidades del futuro. En el corazón de esa estrategia está SkyHive, una plataforma de inteligencia artificial que convierte el talento humano en datos accionables. Analiza millones de perfiles, construye una ontología viva de habilidades, identifica patrones y predice qué competencias emergerán por sector, región y cadena de suministro.
“En la cuarta revolución industrial, los países no competirán por productos, sino por capacidades.” —Klaus Schwab
¿La diferencia clave? Canadá no solo entrena personas: entrena su economía. Sus políticas públicas, programas educativos y decisiones empresariales se apoyan en evidencia granular sobre habilidades. De esta forma, la reconversión laboral ocurre en semanas en lugar de años, y la movilidad del talento se vuelve una palanca de resiliencia para sectores completos.
3. México: consolidar el nearshoring con inteligencia de habilidades
México ya demostró músculo industrial. El siguiente paso es consolidarlo con talento STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), técnico y digital. Nuestros llamados polos de desarrollo pueden evolucionar de nodos logísticos a hubs de aprendizaje y reconversión, donde la formación continua se integre a la operación diaria. Ahí es donde se acelera la curva de productividad: cuando el ciclo “aprender–hacer–mejorar” se vuelve parte del ADN de la planta.
La infraestructura que sostendrá el nearshoring no será de acero, sino de datos y aprendizaje continuo.
4. Empresas mexicanas que ya entrenan el futuro
Farmacias Guadalajara. Aprendizaje masivo a escala humana. Con más de 50,000 colaboradores, utiliza Cornerstone con la suscripción Content Gold para formar personal operativo y administrativo. El resultado: más de un millón de cursos completados que llamaron la atención de Cornerstone USA.
Impactos medibles: mayor compromiso, incremento de productividad y la capacidad de abrir dos nuevas sucursales por mes. Este caso demuestra que la ventaja competitiva se construye desde el piso de operaciones. Capacitar bien es crecer mejor.
Grupo Lamosa. Tradición que se entrena para el futuro. En Connect Life 2025, Lamosa mostró cómo usa Cornerstone para mapear habilidades críticas, diseñar trayectorias personalizadas y anticipar necesidades de aprendizaje. Una empresa centenaria con mentalidad digital que convierte el reskilling (recapacitación) y upskilling (actualización de competencias) en parte de su estrategia de negocio, conectando desempeño, seguridad y calidad.
No hay industria tradicional cuando se entrena para el futuro.
5. Cómo opera un ecosistema de inteligencia de habilidades (tres movimientos)
SkyHive (IA de habilidades). Analiza datos de millones de perfiles laborales, extrae señales del mercado y proyecta demanda futura de capacidades por industria y región. Construye una arquitectura de trabajo basada en habilidades —no sólo en puestos— para alinear talento con productividad y crecimiento.
Cornerstone (ejecución del aprendizaje). Convierte esa inteligencia en acción mediante rutas de aprendizaje dinámicas, movilidad interna y tableros de impacto. Cada persona cuenta con un plan vivo que se adapta al desempeño y a las prioridades del negocio, lo que permite reentrenamientos en ciclos cortos.
Techshare (tropicalización México). Integra el modelo a la realidad local, conecta industria–academia–gobierno y reconfigura parques industriales en centros de aprendizaje permanente. Al mismo tiempo, habilita que cada empresa cree su propio ecosistema interno con métricas de habilidades, productividad y retención.
“El futuro no es de las empresas que contratan más rápido, sino de las que aprenden más rápido.”
6. De empleadores a arquitectos de habilidades
El talento ya no se administra: se diseña. Para consolidar el nearshoring, los líderes industriales pueden asumir un nuevo rol —el de arquitectos de habilidades— y moverse en tres frentes prácticos:
Mapear competencias internas con inteligencia artificial para tener una línea base objetiva y detectar brechas críticas por área, turno y sitio.
Diseñar rutas de aprendizaje adaptativas ligadas a resultados (seguridad, calidad, OEE [Eficiencia General de los Equipos en español], cumplimiento) con microcredenciales verificables.
Cocrear con universidades tecnológicas y gobiernos programas regionales de formación dual que conecten la oferta educativa con la demanda real.
Este cambio convierte a la capacitación en una palanca estratégica y medible: se invierte donde más impacta y se demuestra retorno en indicadores de negocio.
7. Hoja de ruta: del nearshoring al talentshoring.
El nearshoring nos trajo fábricas; el talentshoring las hace perdurables. México puede crear su propio Tech Nation de habilidades —un ecosistema nacional basado en datos, inteligencia artificial y colaboración público-privada— para consolidar su posición en Norteamérica.
Ecosistemas regionales conectados por IA que anticipen brechas y alineen oferta–demanda de habilidades.
Formación técnica y STEM codiseñada por industria y academia, vinculada a trayectorias reales de empleo.
Plataformas interoperables (SkyHive + Cornerstone) como motor de talento nacional y fuente de verdad en habilidades.
Si Canadá apostó por la inteligencia colectiva, México puede apostar por su ingenio industrial. El talento no es un recurso: es infraestructura nacional.
El futuro de México no se definirá por el número de plantas que abramos, sino por la inteligencia que seamos capaces de generar. La consolidación del nearshoring será mental: pensar el talento como política industrial y a las habilidades como infraestructura del país.
Cuando cada parque industrial funcione también como campus de aprendizaje, habremos transformado la oportunidad logística en una estrategia de nación.