Directora de Comercio Exterior y Estudios Económicos de ANPACT.
2023 fue un año que se quedará grabado en la historia de la industria automotriz de vehículos pesados, ya que las empresas rebasaron los indicadores que tenían en producción, exportación y ventas. En particular, un caso de éxito es el de los tractocamiones, ya que durante los 12 meses del año anterior, se produjeron 137,856 unidades, se exportaron 116,934 vehículos y se vendieron al menudeo 18,450 unidades, superando los récords de 2019 por 15.4%, 12.7% y 27.8%, respectivamente.
El tractocamión es el vehículo emblema de la industria automotriz de vehículos pesados de México. Son esos camiones de carga que vemos en las carreteras y que con una quinta rueda conectan los remolques y cajas que transportan alimentos, medicinas, combustibles y diferentes bienes e insumos de la industria manufacturera. Gracias al servicio del autotransporte es posible tener disponible todo lo que consumimos y utilizamos tanto las industrias como las familias. Las cifras de INEGI muestran que 63.9% del valor de las exportaciones se mueven por medio del autotransporte y en el caso de las importaciones la cifra es 46.6%.
En México se producen los vehículos con quinta rueda tanto para el mercado nacional como el internacional. En 2023, del total de unidades producidas, se exportó el 84.8%, y el resto se destinó a la venta interna. A lo largo de los años, México ha sido el exportador número uno de tractocamiones en el mundo. Año con año exportamos a 14 países, de entre los cuales, Estados Unidos y Canadá son nuestros principales mercados, seguidos de: Colombia, Perú, Chile y otros de Latinoamérica.
Los tractocamiones son bienes productivos, es decir que generan valor para las empresas. Algunas de sus ventajas son que se trata de vehículos flexibles gracias a su quinta rueda y que pueden transportar carga pesada y tener diferentes aplicaciones. En 2023, no obstante, a que se rompió el índice de renovación de tractocamiones, el reto que afronta el país es modernizar el parque vehicular que tiene una edad promedio de 19 años para vehículos de carga, tan sólo a nivel federal, lo que implica un impacto para las comunidades en seguridad vial y medio ambiente (reducción de emisiones) al no contar con las tecnologías y dispositivos que tienen los camiones nuevos. Según las cifras de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), en 2024 se espera renovar 21,297 tractocamiones.
Por la extensión territorial de México y las características de sus caminos, el tractocamión es el tipo de vehículo de carga más vendido y utilizado por las y los transportistas del país.
Otros de los retos para los tractocamiones es la adopción de nuevas tecnologías cero carbono y, que al ser unidades de largo recorrido, será necesario contar con la infraestructura de recarga eléctrica o de hidrógeno.
Cabe señalar que la industria productora de vehículos pesados brinda un servicio personalizado a sus clientes. Cada vehículo de carga o de pasaje producido en México, se hace a la medida y de acuerdo con los requerimientos de cada empresa, adecuándose a las necesidades de las mercancías o bienes que trasladan y las rutas que recorren. En este sentido, los transportistas, de la mano con las armadoras, analizan en qué trayectos de su modelo de negocios es factible utilizar vehículos con diferentes fuentes de energía: diésel, híbridos, gas natural, eléctricos o hidrógeno.
Expo Transporte ANPACT 2023
Durante la Expo Guadalajara realizada del 15 al 17 de noviembre pasado, se llevó a cabo la Expo Transporte ANPACT 2023, en la que exhibieron los más novedosos modelos de tractocamiones y vehículos de carga y pasaje fabricados con la más alta tecnología y sobre los pilares de la innovación, la seguridad, la calidad y el servicio al cliente. Como parte del programa hubo más de 120 actividades, entre conferencias, foros y paneles, en los que se abordaron temas relacionados con la industria del autotransporte. Asimismo, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer casi cien vehículos pesados exhibidos, de los cuales 26% eran eléctricos.
De acuerdo con las cifras del Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Pesados del INEGI, de enero de 2018 a diciembre de 2023, México ha producido 403 vehículos eléctricos, 4,740 con tecnología a gas natural y más de 1’100,000 unidades con las mejores tecnologías a diésel.
Cabe mencionar, que esta edición se destacó por ser la más grande del continente americano de vehículos de carga y pasaje y su ecosistema. Un dato que cabe resaltar es que se rompió el récord de visitantes al superar la cifra de 60 mil personas reunidas para mover a México.
Expo Transporte ANPACT 2023 fue un momento histórico para la industria del autotransporte y parte del éxito del cierre anual.
Para 2024, nos preparamos para un gran año, en el que esperamos conservar el dinamismo que hemos tenido y consolidar el crecimiento postpandemia. Además, en julio, se tendrá el primer incremento de valor del contenido regional del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para la exportación de tractocamiones y el resto de los camiones de carga. Durante estos primeros cuatro años de implementación del T-MEC, la industria pudo sostener en 60% el valor de contenido regional que tenía desde el pasado instrumento jurídico (TLCAN).
Lo anterior es de suma importancia porque abre la oportunidad de fortalecer las cadenas de suministro de la industria automotriz de vehículos pesados en la región de Norteamérica y nos impulsa a seguir siendo líderes en la producción y exportación de este tipo de unidades.
Sin duda, nuestra industria culminó 2023 con grandes logros y está preparada para 2024, donde además de consolidar el crecimiento y dinamismo actual, mantendrá su liderazgo mundial como primer exportador de tractocamiones y será un motor de crecimiento para toda la cadena de suministro impulsando el nearshoring.
Defender el acero y el aluminio es defender a México
Por Waldo Fernández González
Presidente de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del T-MEC en el Senado de la República
Entre los sectores económicos más importantes de México, está el acero y el aluminio. Ambos son productos estratégicos para la economía nacional, que se posiciona como uno de los principales exportadores a Estados Unidos, su principal socio comercial, y con una generación de riqueza significativa.
Regiones completas de nuestro país giran en torno a la extracción, transformación y uso de estos dos productos. Detrás de ellos, hay miles de trabajadoras y trabajadores mexicanos que todos los días sostienen con sus manos una parte sustancial de la economía y al mismo tiempo, mantienen la estabilidad de sus familias.
Por eso, hoy más que nunca, debemos defenderlos con convicción.
Eso fue lo que determinamos en el Comité Promotor de Inversión y en la formalización de las mesas de trabajo rumbo a la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Dichos eventos, impulsados por la Secretaría de Economía, buscan escuchar las voces de los sectores productivos, académicos, empresariales y laborales para que México llegue a la mesa de revisión con una posición sólida, consensuada y, sobre todo, con conocimiento de causa.
Es un ejercicio inédito de diálogo territorial y pluralidad económica en la historia de los tratados comerciales mexicanos.
Durante las conversaciones con las y los representantes de la industria acerera y del aluminio —entre quienes estuvieron miembros de la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), intercambiamos puntos de vista sobre el presente y futuro del sector.
Entre aquello que compartimos, destaco dos sentimientos: orgullo e incertidumbre.
Orgullo por lo que han logrado —porque México es hoy un actor clave en la producción y exportación de acero y aluminio a nivel mundial— y preocupación ante la posibilidad de que, en el marco de la revisión del T-MEC, se impongan medidas proteccionistas o restricciones comerciales injustificadas que afecten directamente la industria y su fuerza laboral.
En el Senado de la República tenemos claro que la integración económica entre las tres naciones de América del Norte es una realidad consolidada, pero también que dicha integración atraviesa por momentos de incertidumbre.
México ha demostrado que puede competir con calidad, innovación y productividad, y que lo hace de manera justa, sin recurrir a ventajas desleales frente a sus socios comerciales.
Por ello, no puede permitirse ningún intento unilateral de limitar exportaciones mexicanas o de castigar los procesos productivos nacionales. Más aún, sabemos que debemos proteger a este sector y a todos quienes lo conforman.
Defender el acero y el aluminio mexicano no significa cerrar las puertas al comercio internacional, sino asegurar condiciones de igualdad y justicia comercial.
Por eso, desde mi responsabilidad como presidente de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del T-MEC en el Senado, he reiterado que la prioridad es cuidar los intereses de México y garantizar que la justicia y el bienestar de nuestra gente estén presentes en cada cláusula, en cada anexo y que cada medida comercial, esté alineada con un principio fundamental.
México ha avanzado de manera notable en sus estándares de producción, en el cumplimiento de normas ambientales y en la defensa de los derechos laborales. En ese sentido, la CONCAMIN ha sido un factor clave para ello.
En los próximos meses, el Senado acompañará este proceso de la mano con las y los industriales. Escucharemos a todos los sectores, tal como lo hace la industria, analizaremos los posibles escenarios y construiremos, junto con la Secretaría de Economía, una posición que defienda lo que somos y proyecte lo que queremos ser: un país competitivo, justo y soberano.
Defender el acero y el aluminio es defender a México. Ese será, sin duda, uno de los pilares que guiarán la revisión del T-MEC.
En octubre, la CONCAMIN llevó a cabo el Día de los Industriales bajo el lema “México industrial frente a un mundo en cambio”, con el objetivo de celebrar la visión, el esfuerzo y el compromiso de quienes, todos los días, convierten la actividad industrial en desarrollo nacional.
Alejandro Malagón Barragán, presidente de CONCAMIN, señaló que los industriales somos el motor que impulsa la innovación, quienes sostienen las finanzas públicas y que, en momentos de incertidumbre, ofrecen estabilidad. Afirmó que “el futuro no se hereda, se construye con trabajo duro”.
Durante la jornada, Graciela Báez Ricárdez, directora general de Política Educativa, Mejores Prácticas y Cooperación de la SEP, impartió la conferencia “Modelo educativo actual en México”, en la que se refirió a la transformación de la educación media superior, enfocada en la ampliación de la infraestructura con la creación de nuevos bachilleratos tecnológicos, el marco curricular común, los lineamientos de educación dual y la actualización curricular, para hacer más atractiva la oferta educativa y brindar mayores oportunidades en el mercado laboral.
También tuvo lugar el panel “El derecho al agua y la restauración de los ríos Lerma- Santiago, Tula y Atoyac”, en el que participaron Paola Félix Díaz, coordinadora general del Acuerdo Nacional por el Derecho al Agua y Cooperación Internacional de la CONAGUA, y Claudia Gómez Godoy, comisionada para la Restauración y Saneamiento del río Lerma-Santiago.
En su intervención, Paola Félix mencionó que se busca crear el Registro Nacional de Agua para el Bienestar (RENAB), así como la elaboración de un plan maestro de inversión en infraestructura en todo el país. Asimismo, destacó el Plan Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, cuyo eje incluye diez líneas prioritarias, entre ellas impulsar la innovación tecnológica para el tratamiento, reuso y potabilización del agua.
Por su parte, Claudia Gómez expuso el resumen de los trabajos realizados en lo que va de este año para la restauración de los ríos, así como la vinculación con el Acuerdo Nacional y Cooperación Internacional, y la articulación social, que ha consistido en la organización de mesas de trabajo con colectivos, comunidades y académicos en Jalisco y Estado de México, además de recorridos con comunidades y autoridades municipales, estatales y federales en las entidades por donde pasa la Cuenca Lerma-Santiago.
En la conferencia “Hecho en México”, Andrea Genoveva Solano Rendón, titular de la Unidad de Normatividad, Competitividad y Competencia de la Secretaría de Economía, puntualizó que este distintivo garantiza la calidad, el orgullo nacional y la competitividad internacional, al invitar a las empresas a registrar sus productos de manera gratuita.
Resaltó también la importancia de la colaboración entre el sector público y el privado, aunada a la intervención de los gobiernos estatales, para el desarrollo de iniciativas conjuntas con cámaras de comercio.
En otra de las ponencia, Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, habló sobre “Aranceles y revisión del T-MEC”, en la que abordó las medidas que se han implementado para fortalecer la posición de México en el comercio regional, y cómo nuestro país mantiene una ventaja relativa. Agregó que la aplicación de aranceles a países sin tratados comerciales busca impulsar la industria nacional y consideró que el T-MEC se mantendrá trilateral, porque Norteamérica es la región más integrada del mundo.
Para cerrar el encuentro, el periodista David Páramo presentó el tema “Perspectivas económicas para México y el mundo”, en la que hizo un análisis del panorama actual y de los retos que enfrenta el país.
La ruta del desarrollo económico del autotransporte de pasajeros
Por Virginia Olalde López-Gavito
Directora ejecutiva de CANAPAT
El autotransporte de pasajeros es mucho más que un medio de movilidad; es una infraestructura estratégica que sostiene la productividad económica de México. A diario transporta a millones de personas que integran la fuerza laboral, el comercio y los servicios; tan solo en 2024 fueron 3,824 millones las personas transportadas, quienes representan un eslabón indispensable en la operación de plantas industriales, centros logísticos, instituciones educativas y cadenas de valor que mantienen al país en movimiento.
Según datos del INEGI, este sector contribuye con cerca del 2.0 % del PIB y genera empleos directos e indirectos en toda la cadena productiva. Más allá de su dimensión económica, su valor radica en la función social de acercar talento a los centros de desarrollo y conectar regiones que dependen de la movilidad cotidiana para su subsistencia. Su capacidad de recuperación se evidenció en la reactivación económica posterior a la crisis vivida entre 2020 y 2022, ejemplo de cómo la colaboración entre diversas industrias ha sido clave para retomar el crecimiento e incluso superar las cifras antes de la pandemia, como se observa en la gráfica.
Por supuesto, el desarrollo económico no puede desvincularse de la infraestructura vial. Carreteras en buen estado, seguras y bien conectadas reducen costos logísticos, mejoran la puntualidad laboral y aumentan la productividad. México cuenta con una red carretera de 916 mil 078 kilómetros, que enlaza zonas urbanas, rurales e industriales.
Hoy en día existen 477 parques industriales en México, donde se localizan más de 4,000 empresas instaladas; muchos de ellos se ubican fuera de zonas urbanas, lo que refuerza la necesidad de sistemas eficientes y seguros de transporte que garanticen el acceso ordenado y confiable de su personal a estos centros productivos.
Es una realidad: la fuerza laboral de México se traslada principalmente por autobús. El autotransporte federal de pasajeros moviliza 95 % del total nacional de usuarios, lo que lo convierte en un componente esencial para el funcionamiento de cualquier cadena de valor al transportar el capital humano que genera las bases del ecosistema económico del país.
Es innegable que el autotransporte de pasajeros en México enfrenta desafíos importantes, pero estos deben entenderse como oportunidades de mejora continua. Temas como la modernización tecnológica, la seguridad vial, la formalización de más transportistas y la eficiencia operativa y energética, no significan obstáculos insalvables, sino ejes donde la participación del sector industrial puede marcar la diferencia.
Iniciativas como la renovación vehicular —cuya edad promedio ronda los 20 años —, el financiamiento verde, los corredores seguros y la integración de pequeñas empresas a modelos de negocio colaborativos fortalecen el papel del autotransporte como eje de desarrollo y movilidad. En un contexto de nearshoring y relocalización de inversiones, asegurar el traslado eficiente de trabajadores es tan estratégico como mover mercancías.
El autotransporte de pasajeros es, en esencia, una ruta hacia el desarrollo económico: mueve millones de personas, une regiones, dinamiza economías locales y genera empleos en toda la cadena de valor. Reconocerlo como infraestructura estratégica permitirá construir una movilidad más eficiente, segura y capaz de responder a los retos del entorno global.
Hablar del autotransporte de pasajeros por carretera en México es referirse a un sector fundamental, no solo por su arraigo en la vida social, política y económica, sino por su papel como motor del desarrollo nacional. Además, tiene la bondad de que cada desafío es una invitación a la colaboración. Y es en esa articulación entre industria, gobierno y operadores donde se construirá el futuro de una movilidad más integrada y sostenible.
El autotransporte de pasajeros conecta personas, pero también enlaza historias, oportunidades y progreso para México.